Paris Hilton, la adinerada “Barbie” de vacaciones cerebrales sin pausa es noticia, pero no comentaré la noticia porque no quiero darle más publicidad de la que le dan por ser una señora que no aporta nada al ser humano. Si quisiera comentar el interés desorbitado por endiosar a gente que poco tiene que ver con las palabras “humildad” ó “naturalidad”, atrás quedaron tiempos de admirar a gente que realmente daba un giro a la historia haciendo algo por ella y luchando por los derechos de los seres humanos, son tiempos de ignorancia donde vale mas tener dinero y ser admirado por ello que por otros méritos.
La observo detenidamente, es tonta (muy muy tonta), falta de habilidades sociales y de naturalidad, su sobreactuación cursa con un interés absurdo por posar con posturas imposibles a la coherencia humana, pero aun así me quedo mirando como los fotógrafos la admiran como si fuera una “Venus”, una diosa que se muestra ante ellos. Reflexionemos…
¿Qué ocurre cuando a un hijo se le educa con esos valores? Un amigo me ha informado que ella es hija de un magnate de los negocios, propietario de la cadena de hoteles “Hilton” (Me hubiese dicho cadena de hoteles PepeJesús y me hubiera quedado igual) y que por eso deducimos que esta chica se ha educado entre montañas de dólares y haciendo lo que le sale del higo. Ahora no nos extraña su comportamiento y mucho menos su manera de ver la vida y como bien decía Lisa Simpson en ese capítulo donde los logotipos gigantes de varias marcas de Springfield cobraban vida y destruían todo a su paso ” NO SE PUEDE CREAR UN MONSTRUO Y QUEJARSE POR QUE DESTRUYA VARIAS CIUDADES “…. HE DICHO
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